¿Cuánto puede costar Mourinho?

Mourinho tiene precio galáctico: el técnico podría costarle casi 40 'kilos' al Real Madrid

por: elEconomista.com

40.000.000 €

La llegada de José Mourinho a Chamartín es inminente. Nadie niega que Florentino Pérez ya ha decidido (pase lo que pase en la próxima jornada), prescindir de Pellegrini. El luso también desea aterrizar en el Bernabéu. Conjunción de voluntades que no hará sencillo su fichaje. El nuevo técnico del Real Madrid podría costarle casi 40 millones a las arcas blancas.
Semejante derroche económico se divide en varias partidas presupuestarias. La primera y más inmediata es la que apunta a su cláusula de rescisión.
Liberarle del Inter cuesta, actualmente, 16 millones de euros, cifra que podría verse reducida en caso de que ganara la Champions League el próximo día 22 de mayo precisamente en el Santiago Bernabéu. En tal caso, su precio, dice el contrato que tiene firmado con los neroazzurros, se reduciría a 'sólo' ocho 'kilos'.

Casi 20 millones en su salario

Aunque todavía está por firmar el contrato que Jorge Mendes (representante del técnico, de Cristiano Ronaldo y de Pepe) negocia con el Real Madrid, todo apunta a que el sueldo de 'Mou' sería también generoso. En Italia percibe doce millones brutos por año, esto es, ocho limpios.
En España reduciría su salario. Quedaría cercano a los diez millones brutos (unos siete limpios) por campaña. Firmaría por dos temporadas. Esto es: su estancia en Chamartín le costaría veinte millones al equipo merengue.

El despido de Pellegrini, lo más económico

A toda esta marabunta de cifras habría que sumar otro concepto importante: el despido de Pellegrini. Con un sueldo mucho menos elevado que el su probable sucesor, echar al chileno costaría casi cuatro millones como indemnización.
Así pues, y resumiendo: la contratación de Mourinho como técnico blanco tendrá coste de fichaje galáctico a razón de la suma de estos conceptos:
Clausula (16 o 8 millones) + contrato (20 millones) + despido de Pellegrini (4 millones) = 40 millones

Valdano y la imposición de Florentino

Mientras la contabilidad blanca echa humo, las tensiones palaciegas del Bernabéu se aceleran. Aunque la cúpula merengue piense ya en la próxima temporada, aunque ganar el campeonato parezca cosa de milagros, la Liga está en juego y la plantilla blanca se encuentra molesta con tanta filtración.
No son los únicos. Jorge Valdano, máximo defensor de la continuidad Pellegrini, sigue apoyando, puertas adentro la misma postura, aunque de puertas hacia afuera empiece a recular para mostrar opiniones que reflejan cierta indiferencia. No quiere el director general blanco quedar ante la opinión pública como una figura decorativa de las decisiones de Florentino.
La cohorte de colaboradores del argentino defiende su postura como la más sensata. Dar continuidad a un proyecto es básico para lograr una estabilidad de la que el Real Madrid no ha gozado en las últimas temporadas. Ese es el discurso de Pardeza y Butragueño entre otros.
Además, y usando las propias palabras de Florentino como excusa para poder prescindir de Pellegrini, el staff técnico también cree que el club merengue siempre ha sido por historia un equipo de jugadores más que de entrenadores.
Sin embargo, mientras que el presidente toma esta afirmación como argumento para tener barra libre a la hora de cortar cabezas en el banquillo, Valdano y los suyos consideran que debe usarse semejante reflexión para apostar por un técnico eficaz, pero de perfil bajo, tal y como actuó Vicente del Bosque en los últimos años gloriosos del Real Madrid.
Además, apostillan, el bagaje a final de temporada no será tan diferente al que mostrará el Barça: un único título podría separar a ambos, distancia mucho más corta de lo que se esperaba tras el 'Alcorconazo' o el 'Lyonazo'.
Pocos dudan que la llegada de Mourinho pueda terminar con alguna medida más drástrica como el adiós de Valdano por sus desavenencias con Florentino. Sin embargo, su fichaje sí que podría desgastar las relaciones que ambos mantienen en la gestión de un equipo que busca recuperar la senda del triunfo.